Lara Diloy dirige la Gala Lírica con la que la Ópera de Oviedo celebra su 75 aniversario

Lara Diloy regresa a la capital asturiana para dirigir la Gala Lírica que la Ópera de Oviedo organiza en el marco de las celebraciones de su 75 aniversario, como colofón a un ciclo en el que la institución ha recibido la Medalla de Oro de la ciudad y el Premio Mejor Institución en los Ópera XXI, galardones que distinguen lo más destacado de los escenarios españoles.

Sonarán en el Auditorio Príncipe Felipe arias y dúos de diversos títulos operísticos de Mozart, Rossini, Donizetti y Bellini, en las voces de la soprano María Zapata, la mezzosoprano Carmen Artaza, el tenor Antoni Lliteres y el barítono Carles Pachón. En el recital también participará la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) y el Coro de la Fundación Princesa de Asturias.

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Una entrevista de Carla Sampedro.

¿Cómo descubriste que la dirección de orquesta era tu vocación?

Siempre he disfrutado de hacer música en grupo y he sentido la orquesta como un espacio propio. Al finalizar los estudios de trompa sentí la necesidad de seguir completando mi formación musical y vi en la dirección el mejor camino para ampliar mis conocimientos y continuar desarrollándome en el lugar que me hacía más feliz.

Durante varios años compaginé el trabajo en diferentes orquestas con la docencia, mientras terminaba la carrera de dirección en el conservatorio. Unos años después, me di cuenta de que aquella vía para seguir aprendiendo era, en realidad, mi verdadera pasión y decidí que era el momento de apostar por ello, dedicándome de lleno a la dirección de orquesta.

Desde entonces ya ha pasado algún tiempo, pero sigo sintiendo que en la música siempre hay algo nuevo que descubrir, y eso me encanta.

¿Cómo comenzó tu relación laboral con la Ópera de Oviedo?

Mi relación profesional con la Ópera de Oviedo comenzó en agosto de 2021, cuando empecé a trabajar como directora asistente de su temporada lírica. Desde entonces ya hemos hecho diez títulos operísticos en los que hemos tenido la fortuna de disfrutar de grandes artistas nacionales e internacionales.

En este tiempo Oviedo se ha convertido para mí en un segundo hogar. El trabajo en la Fundación es muy cercano, familiar, y con un alto nivel artístico, y eso es algo que me hace sentir muy feliz aquí.

Como directora de orquesta te desenvuelves diariamente en un sector en el que las mujeres son minoría. ¿Has sufrido algún tipo de discriminación por parte de tus compañeros de profesión? 

La verdad es que en los entornos en los que me he movido no he sentido nunca una discriminación por el hecho de ser directora de orquesta, pero es cierto que la presencia de mujeres en el entorno de la dirección es escasa. A pesar de eso, poco a poco nos estamos incorporando en mayor número al mundo profesional y se van dando más casos de titularidades femeninas (Marin Alsop, Sussana Mälkki, Mirga Grazinyte-Tyla o Elim Chan, entre otras). Todas ellas son magníficas profesionales que están haciendo un gran trabajo en orquestas reconocidas internacionalmente. En Oviedo, por ejemplo, es muy significativa la presencia de mujeres en ambas orquestas esta temporada. Hay que celebrar los logros en este sentido y darles visibilidad para que podamos ver los frutos de esa progresión cuanto antes.

Como directora alternas compromisos sinfónicos con la dirección de repertorio lírico. En realidad, qué prefieres dirigir: ¿ópera o repertorio sinfónico?

Desde siempre he vivido en la orquesta haciendo repertorio sinfónico, pero es bien cierto que los últimos años de mi carrera me han permitido adentrarme de lleno en el apasionante mundo de la lírica, donde he aprendido cómo encajan todos los elementos de una producción.

La verdad es que me siento cómoda con ambas opciones y me gustaría seguir creciendo y combinando de forma equilibrada tanto el repertorio sinfónico como el lírico.

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